‘Jaleos y quejíos’ Facultad de Derecho. Hasta el 18 de Junio 2022


Facultad de Derecho Universidad de Córdoba.
Plaza Puerta Nueva, s/n.

EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA


JALEOS Y QUEJÍOS (Que canten los muros)


FOTOGRAFÍAS DE JOEL BRACHO PÉREZ
 
INAUGURACIÓN: Miércoles 18 de mayo – 13:00 h.

Hasta el 18 de junio de 2022


El 16 de noviembre de 2010, el flamenco fue incluido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, un acontecimiento que refuerza y reivindica una de nuestras mayores señas de expresión e identidad cultural.
Dentro de este mundo el jaleo se erige como la reivindicación flamenca desde la alegría, mientras el quejío se esculpe como la locución más profunda del cante jondo, ayes o lamentos que acompañan a la acción de aquejar la voz, para que fajanas sonoras formen islas de creatividad, el cántico inconforme de todo un pueblo, la voz impostada contra la intolerancia, la corrupción, la injusticia social, la falta de oportunidades, las migraciones forzosas, y la ausencia de modelos solidarios y sostenibles; una Andalucía renuente a ser segundona.
El flamenco como arte no es ajeno al mundo de las grafías, como tampoco los derechos humanos y los objetivos de desarrollo sostenible, entendidos como plasmación del constitucionalismo social en una perspectiva global.
Con esta exposición «jaleosa» de Quejiosofía (sabiduría del quejío), quejiósofos (sabios del quejío) y quejiogrammers (grafiteros del quejío), reafirman la importancia de la expresión popular como antesala innovadora capaz de proyectar futuros deseados y posibles.
De igual manera, esta muestra pretende dar visibilidad al trabajo de autores anónimos, cuyas obras no acomplejadas dialogan de tú a tú con parte de las pinturas más representativas e importantes de Europa, una Europa que aquí converge en el lenguaje de la cultura y no el de la guerra.

 


«Jaleo y Quejío» es el ejercicio reflexivo que cualquier persona puede hacer respecto a las referencias culturales y científicas del entorno o lugar que visita, y/o del que se siente parte. Es el espetar del grafitero que se niega a ser ninguneado por carencias democráticas, es el cante jondo que persigue la línea y el color hasta convertirse en poesía, en un arte urbano en favor de los Derechos Humanos y la Agenda 2030. Es la cosmovisión empática que pergeña procesos ciudadanos, yendo más allá del propio bienestar en aras de transformar la sociedad que nos ha tocado vivir.
«Jaleo y Quejío» es la democratización de la cultura como fuente de trabajo digna. Es la libertad y la comprensión de personas, culturas y comunidades asentadas en el suelo que pisamos, unido a las referencias simbólicas sobre yacentes muros que fungen como tablaos callejeros interconectados. «Jaleo y Quejío» es la lectura de patrimonio en clave ODS, una simbiosis del cante jondo y del grafiti, separados por la temporalidad, pero con el mismo destino común.
He aquí las composiciones recogidas por un caribeño de nombre noruego-judío, apellido italiano, alma andaluza y vocación profundamente universal.
Erling Joel Bracho Pérez


Nada hay más carnal que el Flamenco, que acrisoló el hambre, la pena negra, la discriminación, la miseria y la injusticia con arabescos de palomas y bronces rotos, entre los sarmientos secos de sus palmas y al compás de un enjambre en la sima ignota bajo seis espadas de cobre y nardo.
Grita bajo celestes bóvedas inmemoriales tachonadas con argentado estaño; y gime entre adelfas amargas en las plazuelas íntimas de las riberas, bajo la guadaña noctámbula; y mana en su costado la tuera de siglos adolescentes con muslos uncidos de cal y mirto, y labios arracimados con candelas de yunque y fragua. Y llora… y canta. Y muerde a la desesperanza.
Su lamento eleva catedrales entre olivos milenarios, y con rastrojos teje sudarios pajizos frente a la pavonada muerte. Y sobre el mar engarza entre sus manos cristales de sal y viento.
¡Ay!, siempre navega por un río de caballos desbocados por las espuelas de su garganta.
¡Ay!, cubre su pecho esa reseca mortaja del túmulo de tierra ajena que amamantó su sangre.


No hay nada más carnal que el Flamenco, que ofició en el pueblo la comunión con el pan ácimo de los heraldos negros y de los desheredados, y elevó el cáliz con tres golpes de rosa del Cristo de la esperanza.
Y el quejío se hizo sombra en los umbrales del alma: Con ojos de miedo y noche huye despavorido por los senderos del aire, por los senderos del río, y en el remanso del agua yace con cuatro lirios encendidos por cuatro llagas de cante abiertas en carne viva.
Ya se oyen los rumores de moriscos, gitanos y judíos. Ya se amuelan las veletas con pedernal del gentío.
Ya le liban a la luna el nácar de su vestido para hacer caracolas profundas e himnos a la alegría.
Ya se siente el rigor del dolor y del desvarío bajo los puentes de yedra con flama de los estíos.
Ya se erige el silencio con túnicas de escalofríos que clava sus rejones afilados sobre los pulsos ateridos.

FACULTAD DE DERECHO
Universidad de Córdoba


+INFO: www.uco.es/cultura

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